Oscuridad...

Un día, la Luna, cansada de ser observada durante horas, decidió esconderse un rato.
Llamó a su amiga la estrella Sol...

- Oye, Sol. Estoy cansada de que todos hablen de mis defectos, de si tengo nariz o no, de si tengo rostro o son sólo agujeros, que si estoy gorda o delgada. Ya no aguanto más y me voy...

- Me voy contigo. Yo soporto todos los días que me critiquen. Unos días que si brillo mucho y soy insoportable...otros que si no se nota mi presencia y que ya podría brillar más...Me están volviendo loca...

- ¡Esperadnos!...nos vamos con vosotras -gritaron al unísono la Osa Mayor y la Osa Menor.

- ¿Vosotras? - preguntó sorprendida la Luna- Pero si a vosotras os miman todos los marineros...

- Ya no - contestó la Osa Menor - Ahora todos tienen unos aparatitos raros y ya ni nos miran.

- ¿ Y a donde vamos? -pregunto la Osa Mayor.

- Allá arriba... a un lugar donde dicen que nos quieren tal y como somos, donde podremos volver a ser felices...

Y se marcharon.




- Ana, este telescopio debe estar roto....No se ve nada....Está todo negro...

botella al mar...

"sigo deseando volver a casa"

Como cada mañana, se acercaba hasta la orilla con paso tranquilo y la mirada puesta en el horizonte.

Llegaba hasta la orilla y esperaba....

Miraba como el mar se esforzaba por acariciarle los pies, por darle los buenos días... Eran ya tantos días juntos, que se habían convertido en amigos, en compañeros inseparables.

Levantaba la cabeza y su mirada se perdía en el amanecer, mientras su mente, a toda vela, calculaba la velocidad del viento, el rumor de las olas al romper, el rumbo de las gaviotas...

Cuando terminaba su cálculo esperaba apaciblemente el momento propicio...y en ese instante, y sólo en ese, su mano temblorosa arrojaba su última botella al mar.

Durante un rato se quedó en la orilla contemplando como su botella surcaba las olas poniendo rumbo a sus anhelos...


Como cada mañana, esbozó una minúscula sonrisa, se dio la vuelta, y se alejó del mar.

Charcos...

- Mamá, yo quiero salir a jugar...
- No hija, no. ¿No ves que fuera está lloviendo?

- Mamá, yo quiero salir a pasear...
- No hija, no. ¿No ves que fuera está lloviendo?

- Mamá, yo quiero salir a correr...
- No hija, no. ¿No ves que fuera sigue lloviendo?

- Mamá, yo quiero salir a chapotear sobre las nubes...
- Ven hija, ven, que te pongo tus botas...

Rayuela...

Hoy, el día amaneció triste. Una ducha, un café y corriendo al trabajo como cada día.
Al girar en una de las esquinas de mi recorrido diario me he encontrado con una rayuela pintada en le suelo. Sin saber porqué me he quedado parada delante de ella.
¿Lo hago?...
He mirado a un lado y luego al otro...
Cuantas caras grises...corriendo en todas direcciones...a sus trabajos o a sus quehaceres...que vergüenza...si lo hago...

Pero de repente me he dado cuenta que yo era también una cara gris perdida en la multitud y yo quiero ser una cara de color en mis mañanas...

Sin saber ni como, mis pies estaban ya en el 4 y 5...y una sonrisa interior ha iluminado todo mi día...