
Ya apenas recuerdo como era mi cara, pero se que tenía dos ojos pequeños pero de un azul intenso, una nariz chata rodeada de simpáticas pecas, y una boca que siempre sonreía. No era guapa, lo se, pero el conjunto no estaba tan mal.
Ahora sólo soy un gran agujero . Un agujero negro donde la gente tira sus basuras, sus miedos, sus mentiras... Un agujero al que todos recriminan por no saber hacer feliz a nadie, por no saber arrancar sonrisas a la gente... Me he transformado en un ladrón de la felicidad de los demás...
Pero como conseguir otra cosa si aun no me reconzco ante el espejo...ese agujero no soy yo, me digo una y otra vez..esos dardos no me los tiran a mí...
Pero el agujero sigue devolviendome la imagen de un agujero negro.
Hoy he salido a la calle después de un mes recluida en casa. He llegado al centro y he entrado en una tienda de muebles. El vendedor ha llegado hasta mí corriendo, y con mala cara me ha preguntado qué quería.
- Quiero un espejo nuevo. Sólo quiero un espejo nuevo que me devuelva mi vida.